CAPITULO 27
El timbre de casa de Paula sonó mientras ella estaba en su habitación, acostada y únicamente escuchando Marrón 5.
El timbre de casa de Paula sonó mientras ella estaba en su habitación, acostada y únicamente escuchando Marrón 5.
-Oh mierda.- dijo el
ser interrumpida, estaba más fachosa que nunca, con una remera rota que había
sido de Gonzalo, un short y un peinado que era en sí, un chongo sobre su
cabeza, estilo Jane.
Abrió la puerta y se quejó
al ver quien era.
-Demonios Pedro, creí que nuestra pelea de anoche dejo claro que no quería
verte.- dijo ella pero aun así lo hizo entrar, lo miro tan malditamente sexy,
con un balón de futbol en la mano.
-Creí que estaba claro que nuestras peleas solo duran hasta que yo vengo
y te digo esto: lo siento, soy un idiota, no quería tratarte mal anoche, no
quiero que te hagas daño, no quiero que tomes, y si algún día quieres hacerlo al
menos hazlo conmigo para poder cuidarte”.- dijo y ella se rio y le quito el
balón.
-¿Y ahora debo perdonarte?- pregunto ella y el serio.
-Debes hacerlo, o tendré que besarte.- dijo Pedro mirándola seriamente.
-¡De acuerdo! ¡Perdonado! Nada de besos.- dijo ella divertida y Pedro sonrío.-
ahora chico chantaje, mueve tu lindo trasero, tienes que enseñarme a jugar
futbol.
-¿Lindo eh? Bueno gracias. Tu trasero también es lindo.
-Cállate puerco, es un decir.- dijo ella riendo y el la cargo hasta que
llegaron al jardín y la bajo, ambos rieron.
-Bueno, a jugar se ha dicho.- comento ella y el comenzó simplemente a
enseñarle primero que nada como patear un balo.
-Vamos, pásamelo.- dijo el explicándole como y ella lo pateo ¡Hacia el
otro extremo!- pésimo.
-Gracias.- dijo ella y entonces tomo el balón y volvió a patearlo con
fuerza hasta que casi golpea a Pedro.- ups! Casi te deja estéril un balón.
-¡Dirigido por ti! ¡Tú tienes un problema con no dejar que tenga descendencia!.-
dijo él y ella se rio.
-Quizá.- bromeo y el sonrío.-Bueno chico listo, ¡Hagamos pases!
-Claro, la experta.- se burló el, ella lo miro divertida y comenzaron a
pasarse el balón hasta que ella pudo dominarlo después y luego comenzó a
enseñarla como quitar un balón, ella corría e intentaba quitárselo pero el
enserio era demasiado bueno.
-Te odio Alfonso.- dijo ella tirándose al pasto rendida y el sonrío y
estiro su mano hacia ella para que se pusiera de pie.
-Nada de descansos.- dijo él y ella resoplo, se puso de pie y siguieron
intentando, hasta que ella progreso notablemente después de unas cuantas horas.
-Demonios, ahora me voy a morir de cansancio.- dijo ella suspirando y Pedro
sonrío y puso su mano frente a ella para chocarla.
-Gracias, eres un buen maestro.- le dijo ella y chocaron su mano, pero él
se quedó sosteniéndola después.
-Tu una buena aprendiz. Te doy mi permiso para unirte al equipo de
Inglaterra.- dijo Pedro y ella lo golpeo en el hombro.
-¡Eres un burlón! ¿Sabes? Te golpearía si no fueras experto despedazando
gente.- dijo ella y Pedro sonrío.
-¡Oh vamos! siempre me dices lo mismo, ¡Solo inténtalo!- dijo el
divertido.
-¿Quieres que te golpee?- pregunto ella y el asintió.- no te va a doler Pedro,
no tengo fuerza.
-Vamos, hazlo, yo te enseñare a dar un buen golpe.- dijo el sonriendo.-
en guardia.
Ella hizo lo que decía y se puso en guardia, él la ayudo a ponerse más
correctamente y luego se puso frente a ella e hizo lo mismo.
-Cuando des un puñetazo, no uses solo la fuerza del brazo, usa fuerza
girando la cadera un poco y el hombro hacia adelante, el puño apretado, el
brazo completamente estirando.
-Bueno, es fácil para ti.- dijo ella intentando dar golpes al aire y el sonrío.
-Vamos, te he visto pelear en clases, eres muy buena.
-No contra ti.- le dijo ella y el sonrío.- me mataras.
-Quien dice que voy a defenderme. Vamos, muéstrame que me odias por
hacerte practicar tanto futbol.- dijo él y ella se rio.- un golpe en el
abdomen.
-Pedro…- intento decir ella peor él puso un dedo sobre sus labios.
-Vamos, ¡No es como si te fuera a demandar por maltrato! Solo golpéame
fuerte, como si trajera puesto el equipo de protección.- dijo él y ella sonrío
y bajo un poco su mirada a su entrepierna
-¿Donde sea?
-Ni se te ocurra- le advirtió el divertido y ella rio, entonces se puso
en guardia y lo miro a los ojos.
-Pedro, ¿Seguro que no te dolerá? No quiero lastimarte… oh demonios,
esto es patético, no te duelen nunca los golpes.- dijo ella y el sonrío.
-Vamos, hazlo, golpéame.- dijo él y ella respiro profundamente, él la
animo con una sonrisa y luego ella golpeo el abdomen de Pedro y demonios ¡Estaba
tan duro! Musculoso…
-Oh mierda, creo que me dolió más a mi.- se quejó divertida y Pedro se
rio.
-¡Estuvo muy bien! Créeme, estoy llorando por dentro.- dijo el bromeando
y ella se rio y se puso en guardia.
-Ahora chico imbécil, quiero que pares todos mis golpes.- dijo ella y
dio un puñetazo directo a la cara de Pedro que el paro con delicadeza.
Ella comenzó a tirar puñetazos divertida, incluso ambos reían cuando el
paraba todos y cada uno de sus golpes, luego dio una patada y él se cubrió adecuadamente
levantando la pierna, enserio era un experto.
-Me rindo.- dijo ella y el relajo su postura, entonces ella volvió a
intentar dar una patada, y él se volteó justo para recibirla en el lugar más
doloroso. La entrepierna.
-Auch.- dijo el intentando no doblarse de dolor.
-¡Oh no! ¡Pedro! ¡Perdón! ¡Perdón que estúpida!- dijo ella y se lanzó a
sus brazos, él la atrapo y la abrazo contra él, sintiendo como ella lo abrazaba
también fuertemente y no paraba de disculparse.
.-Bueno, si reaccionaras así cada que me dejes estéril, deberías hacerlo
más seguido.- dijo el mirándola a los ojos pero sin soltar sus brazos de ella.
-Claro, soportar el dolor por un abrazo mío.- se burló ella y el sonrío
y suspiro.
-Sí, lo haría.- le aseguro y acaricio su rostro, luego se inclinó hacia
ella y beso su nariz dulcemente y bajo más, para llegar a sus labios, pero ella
giro su cabeza.
-Enserio lo siento.- dijo abrazándolo nuevamente y el sonrío, amaba
sentirla así contra él, y hacia tanto que no la abrazaba de esa forma.
-Descuida, yo no debí distraerme.- le aseguro y ella sonrío en su abrazo
y por alguna extraña razón no quería soltarlo, le gustaba sentir los fuertes
brazos de Pedro acariciando su espalda, teniéndola contra él y ella envolver
sus manos en la ancha espalda de él…
Cuando ambos se dieron cuenta de que no podían seguir abrazados todo el día,
ella se separó y sonrío.
-Tengo hambre, ¿Quieres cenar conmigo?- pregunto ella y el sonrío y asintió.
Se pusieron a preparar algo juntos, y se divertían haciendo porquerías y
riendo únicamente, cenaron juntos, platicaron un buen rato y entonces Pedro se
dio cuenta de que debía irse, era ya muy noche, no quería imponerle su
presencia.
-bueno, me voy, enserio la pase muy bien contigo, eres buena en futbol
ahora, y una muy buena golpeadora, créeme.- le dijo orgulloso de ella, quien sonrío
ampliamente.
-gracias por ser un buen maestro. Yo también la pase muy bien.- le dijo
ella con una sonrisa, el suspiro al mirarla, era tan bonita…
-Adiós…- se despidió el y ella sonrío.
-Adiós.- dijo acompañándolo a la puerta y entonces el se fue…
Paula recogió un poco, subió y se puso su pijama, definitivamente, pasar
tiempo con Pedro se podría volver algo tan necesario como respirar.
[…]
[…]
Al día siguiente, Pau se levantó temprano, no pensaba arreglarse, no tenía ningún plan, era domingo, día en que estaría ahí sola viendo películas seguramente. Mientras estaba en la cocina, preguntándose qué películas vería, su celular sonó y se sorprendió al ver que era Pedro.
-Hola engreído, ¿Qué pasa?- pregunto ella divertida y escucho la risa
nerviosa del chico.
-Paula... hola, yo… hay algo que quiero decirte.- dijo el con un tono
nervioso y avergonzado.
-Vaya Pedro, suena como si fueras a confesar que tú eres el verdadero
asesino de Fred.- dijo ella divertida y Pedro rio.
-Bueno, me matarías si así fuera.- dijo Pedro aun nervioso.
-Como no hay nada que pueda ser peor, entonces dime, que pasa?- pregunto
ella divertida.
-Sal conmigo.- dijo el únicamente y ella sonrío.
Pedro se había sentido sumamente nervioso antes de llamarle, pero quería
estar con ella, solo eso…
-¿Solos?- pregunto ella.
-Si solos. Nuestra primera cita de este nuevo comienzo, ¿Qué dices?-
pregunto el
-Digo, que esto está como la vez pasada. Tú llamándome nervioso y
preguntándome si quiero salir contigo.- dijo ella divertida, al recordar que así
exactamente habían tenido su primera cita autentica.
-Wow, lo recuerdas.- dijo el realmente asombrado, él nunca lo olvidaría,
y se daba cuenta de que ahora estaba pasando igual.
-Lo recuerdo sí. ¿A qué hora nos vemos?- pregunto ella y Pedro suspiro
aliviado. Ella había dicho que sí. Y ahora la haría recordar aquella otra cita…
haría lo que sea con tal de hacerla recordar lo mucho que la amaba.
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Sigue →
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